Abadía de Chiaravalle

Situada a las afueras de Milán, la Abadía de Chiaravalle es una bella construcción perteneciente a los monjes de la orden cisterciense.

La Abadía de Chiaravalle fue edificada a principios del siglo XII con una combinación de estilo gótico francés y románico lombardo. En el año 1221 fue consagrada a la Virgen María.

Cuando Napoleón abolió la orden cisterciense en 1798, los monjes se vieron obligados a abandonar la abadía y esta quedó muy deteriorada. Tras ser restaurada y devuelta a sus legítimos dueños, en la actualidad la abadía vuelve a brillar con el esplendor de tiempos pasados.

Qué ver

Aunque el interior de la abadía no poseía demasiados ornamentos para evitar la distracción de los monjes, el templo estaba decorado con bellas pinturas al fresco (que aún se conservan) en las que se expone el árbol genealógico y la historia de la orden.

Desde el interior de la iglesia es posible acceder hasta un agradable claustro con escasa ornamentación desde el que se pueden ver las dos torres de la iglesia. El campanario más alto, rodeado por numerosas ventanas, era el que marcaba la jornada laboral de monjes y campesinos con el repicar de sus campanas.

Algo alejada

La Abadía de Chiaravalle es un templo de gran belleza pero, debido a su relativa lejanía, sólo recomendamos su visita a quien disponga de varios días en Milán.

Horario

De martes a viernes: de 9:30 a 12:30 y de 15:00 a 17:00 horas.
Sábado y domingo: de 14:15 a 17:30 horas.

Precio

Entrada gratuita.

Transporte

Autobús: línea 77.